No cabe duda de que el mar es una gran fuente de riqueza que, por desgracia, sigue siendo usado como un gran vertedero. Ocultar y dispersar los residuos en la naturaleza ha sido la práctica habitual de la humanidad en todas las civilizaciones. El río se llevaba los residuos de los núcleos urbanos y el mar era el lugar donde sepultar nuestros deshechos. Muchas de nuestras playas son un desagradable muestrario de nuestra civilización del plástico y el envase, llenando la arena de manchas multicolores. Por otro lado, en los fondos marinos se acumulan envases y residuos metálicos de cualquier tipo.

La basura marina se ha convertido, por tanto, en un problema mundial que impacta negativamente en la biodiversidad marina (flora y fauna), la salud pública, y las actividades productivas y recreativas que se desarrollan en costas, mares y océanos (afecta a la imagen turística de zonas costeras).

La costa española no es ajena a la grave problemática ambiental de las basuras marinas. Las actividades de la flota pesquera generan diariamente miles de toneladas de residuos a bordo de las embarcaciones que, en su mayor parte, no son gestionadas ni tratadas correctamente, generando los problemas ya descritos.

Esta basura marina provoca un impacto medioambiental que afecta tanto a la calidad de las aguas, como a la flora y fauna de los hábitats marinos.

Como impactos más significativos que genera el vertido de desechos al medio acuático se señalan los siguientes:

  • Mortalidad de fauna y flora acuáticas (pesca fantasma, animales que se enredan o tragan pedazos de plástico).
  • Degradación de ambientes costeros.
  • Mala calidad del agua.
  • Problemas de salud pública.
  • Pérdida de productividad.
  • Daño a embarcaciones (hélices enredadas o dañadas, taponamiento de los sistemas de enfriamiento).
  • Dispersión de especies invasoras a través de fragmentos de plástico flotante.
  • Mala imagen del sector pesquero.
  • Mala imagen turística.

Con el presente proyecto se pretenden pues reducir y/o eliminar todos estos impactos, pues el fin último es que cada buque que forma parte de la flota pesquera española esté dotado de los medios materiales necesarios para poder llevar a cabo a bordo una correcta gestión de los residuos clasificándolos y separándolos adecuadamente en el contenedor o compartimento correspondiente.

Una vez en puerto todos los buques entregarían sus residuos perfectamente separados por tipología a un gestor autorizado para su posterior proceso de tratamiento, valorización y eliminación conforme a lo previsto en la normativa vigente en la materia.